Y es que estas ganas de irse llegaron para quedarse,
le prometen besos brujos a mi soledad.
Nos debemos ese antojo
y aprender a bailar tango,
si es que en otra vida nos volvemos a olfatear...
Y tus manos no me escuchan,
y mis labios no quieren ni verte
un minuto antes de dejar de quererte.
Y mi olvido no te olvida,
y mis miedos me desean suerte
un minuto antes de dejar de quererte.
Siento que me llenan la cara de dedos
la penumbra del deseo y las ampollas de este adiós.
Tus miedos y yo te deseamos suerte. Por mi parte, además, te deseo todas las cosas bellas que el camino que sigas te pueda presentar.
ResponderEliminar"Don´t worry, be happy", cantó alguien por ahí y algo de razón tenía.
:)