viernes, 10 de septiembre de 2010

Llueve, miro que llueve,  
huyen los pájaros y escriben una ve corta en lo gris. 
Voy a dejar la persiana a medio abrir,  
nos va a llegar un olor a tierra mojada con recuerdos de infancia. 
Negro se pone el cielo,  
se hace de noche de golpe, y no son ni siquiera las tres. 
Llueve. 
Corazón, llueve. 

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